Cuatro hombres vestidos con uniformes de la Policía Bonaerense, lo fueron a buscar a su casa del barrio Pompeya. Lo sorprendieron en la vereda, cuando regresaba de dejar a uno de sus hijos en la escuela.
La familia hizo de inmediato la denuncia y a las pocas horas lo encontraron tirado a un costado de la ruta, en la localidad de Mariano Acosta. El cuerpo tenía ocho impactos de bala, en distintas partes de su cuerpo. Estaba con los ojos vendados y maniatado.
El fiscal que investiga la causa, Mario Ferrairo, advirtió que no se trata de un simple “ajuste de cuentas”. No descartó la hipótesis sobre la participación de un grupo de policías de Moreno. Los uniformados están por ser juzgados por secuestrar a un hijo de Gómez en 2012.
En la familia no tiene dudas. “A mi viejo lo mató la Policía. Ahora queremos justicia”, le dijo Axel, uno de los hijos de la víctima. Según los familiares, se trató de una venganza.