Juan Chirino mantuvo en vilo durante más de ocho horas a toda la localidad de Tolosa, provincia de Buenos Aires. A las 7.30 de la mañana, apuñaló en el pecho a su hijastro de 10 años, que minutos más tarde murió, y baleó a su ex pareja, que terminó fuera de peligro de milagro.
Al escuchar un disparo durante la tarde, los policías que rodeaban la casa de su ex ingresaron y los hallaron sin vida. Al reconstruir las horas finales, las autoridades dieron con el chat que el asesino mantuvo con un amigo que lo intentaba calmar para que se entregue.
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"¿Es verdad lo del nene?", le preguntó vía WhatsApp. "Sí, es verdad. No sé cómo estará", contestó Chirino, que luego calificó al crimen como "nada, un moco".
"Esta puta de mierda le mandaba mensajes al tipo al lado mío, en la cama", se lee en los mensajes del criminal, que quiso justificarse por haber sufrido una supuesta infidelidad. "Me empezó a maltratar hace un rato a la mañana y no di más, vieja", argumentó, y cerró con una frase que sintetiza el horror: "Un quilombo. Se me salió la cadena".