Ludmila es la nena de dos años que vive a 30 metros del cráter que generó la explosión de Alta Córdoba.
Sufre problemas respiratorios a causa del polvillo y las humedades que se generan en el lugar de la deflagración.
Hace dos semanas la mamá contaba que por estricta orden médica la niña debía abandonar la casa, sino su cuadro se agravaría.
Pero hasta el momento la municipalidad lo único que le ofrece son materiales para construir una vivienda en otro lugar.