Luis Ricardo Alcaráz, un juez de Paz de 79 años, de la localidad de San Ignacio, Misiones, sufrió una pesadilla en la madrugada del domingo al ser asaltado en su vivienda por una banda de delincuentes que, además, lo secuestró para llevarlo a un cajero automático.
Los delincuentes lo hirieron con cuchillos y amenazaron con matarlo. Habían planeado todo muy bien: cortaron la energía de la casa y cuando el magistrado salió a ver qué pasaba lo sorprendieron. Tras golpearlo, lo metieron de nuevo en su casa.
Allí empezó la pesadilla. A pesar de que el juez les entregó más de 9.000 pesos en efectivo y joyas de oro valuadas en más de 40.000 pesos, el líder del grupo lo hirió con un cuchillo en la frente y luego le fue haciendo otros cortes en los dedos de la mano derecha. Lo torturaron así durante una hora. “Cada vez que me pedía algo y no accedía, me cortaba un dedo”, contó aterrorizado.
El juez relata que después, y a punta de pistola, lo llevaron a un cajero automático y lo obligaron a cambiarse la ropa porque estaba todo ensangrentado. "En el camino me llevaba con una pistola apoyada en las costillas y saludaba a la gente como si estuviera de paseo", relató.
Cuando pasaban frente a un boliche, Alcaráz se cruzó con una suboficial de Policía a la que conocía del Juzgado y le hizo una seña. La mujer notó algo raro y se abalanzó sobre uno de los delincuentes, que logró escapar con ayuda de sus cómplices en moto.
Por el violento robo la Policía detuvo a cuatro jóvenes. Se sospecha que el líder del grupo y quien le provocó las lesiones al juez es oriundo de Buenos Aires.