Justina Lo Cane es una de las tantas personas que murió esperando un órgano. Tenía 12 años cuando, en noviembre de 2017 y luego de pasar más de tres meses internada en la Fundación Favaloro, su corazón dijo basta.
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Para entonces, su caso ya había tomado repercusión nacional. Y desde hoy, su nombre perdurará en la historia argentina. "Es un día inexplicable, no tengo más que recordar a mi hija con una sonrisa inmensa a pesar del dolor", manifestó su mamá en diálogo con TN.
"Siento mucha emoción, pero también mucha angustia", dijo la mamá de Justina.
"Es gratificante, en el dolor incluso, que haya sido mi hija la que inició todo esto. Me voy llena de felicidad porque era lo que ella quería. Yo sé que ella me abraza y me dice 'lo logré mamá'. Es lamentable que alguien tenga que morir para que una sociedad se despierte, pero es así", expresó Paola Lo Cane.
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Así habló la mamá de Justina:
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Con esta nueva ley de trasplantes de órganos, todas las personas mayores de 18 años pueden ser donantes, a menos que expresen lo contrario (en el INCUCAI).