Este miércoles se desarrolló la octava audiencia del juicio contra los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa. Fue el turno de las declaraciones de expertos que trabajaron en la extracción de información de teléfonos y la toma de material genético.
Entre otras novedades, se detectó sangre del joven asesinado en más de 15 prendas de los imputados. Toda la ropa fue secuestrada por la Policía en la mañana del 18 de enero de 2020, cuando se produjeron las detenciones en Villa Gesell.
El dato fue confirmado por el perito genetista César Guida. Leyó un listado con más de 15 elementos entre los que había remeras, camisas, pantalones y una pequeña gasa de los imputados. Indicó que en todos los casos, la sangre pertenecía "al perfil único identificado como Baez Sosa".
Además se complicó la situación judicial de Blas Cinalli, el rugbier que en las últimas horas quedó en el centro de la polémica por jactarse por chat del asesinato de Fernando, solo minutos después del fatal desenlace.
Ahora fue apuntado también por Guida. El perito confirmó que encontraron ADN de Cinalli en el dedo meñique izquierdo de Fernando Báez Sosa. La muestra tomada detectó coincidencia con los perfiles "identificados como de Blas Cinalli y Báez Sosa, de ambos, en pequeñas proporciones". También aclaró que se halló el de una persona más que no pudo establecer.
Al mismo tiempo, la perito química Norma Tramontini señaló que un buzo de Blas Cinalli tenía sangre. Según describió en la audiencia, se trata de un buzo marca Adidas "con evidencia positiva para sangre humana" -no precisó de quién- en dos casos.
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Tras estas declaraciones, ingresaron a la sala efectivos de la PFA encargados de extraer y analizar los casi dos terabytes de información alojados en los nueve teléfonos celulares secuestrados a los acusados al momento de su detención. Lo que hicieron fue explicar solamente cómo extrajeron la información.