"En Córdoba, cada 10 alumnos solo tres y medio terminan el secundario en tiempo y en forma”, dijo Gonzalo Gutiérrez, director de capacitación e Investigación -UEPC-. Agregó que "un 30% de los jóvenes trabaja en forma precaria o cuidan un familiar y eso obstaculiza terminar el secundario".
En la misma sintonía, la directora ejecutiva de la “liga educación” -programa de madrinazgos Josefina Paz-, añadió: "Solamente un 16% egresan con los aprendizajes esperados, a menor estudio mayor precarización laboral".
En primera persona, Franco y Fabricio, quienes no hicieron el secundario, contaron en primera persona la importancia de terminar con los estudios. "Hice hasta sexto grado, quisiera tener el colegio todo terminado para tener un trabajo digno", dijo Franco, quien actualmente junta cartones en el centro de la ciudad.
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Su amigo Fabricio, quien vino desde otra provincia a Córdoba a buscar trabajo cuando fallecieron sus padres, valoró que "es bueno estudiar porque te ejercita la mente" y aconsejó "aprovechar las oportunidades que dan los padres" ya que perdió a los suyos "de un flash”. Ambos coinciden en que si tuvieran el secundario terminado otras serían sus oportunidades laborales.
En el informe también contó su historia Milagro Gilabert, una alumna del Ipem 130 de Villa Allende quien está por terminar el secundario gracias a la organización civil “Cimientos" y al programa de madrinazgos de la “liga educativa” que acompañan afectiva y económicamente durante todo el secundario a los jóvenes con una beca mensual y una madrina o padrino personalizados.
"Cuando entré en primer año no sabía si iba a terminar el secundario. Me ayudó mucho el acompañamiento", valoró.
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Realidades distintas
Otra de las causas del abandono escolar es el embarazo precoz. En el Cenma “Malvinas Argentinas“ cuidan los niños mientras sus mamás asisten a clases, como una manera de posibilitar la terminalidad para aquellos padres jóvenes que quieran concluir el secundario.
El intendente Gastón Mazzala explicó que para atender la problemática de la alta deserción escolar idearon un programa mediante el cual el municipio otorga un espacio a 30 metros del colegio donde cuidan a los niños mientras los padres están en clases. La organización “Barrios de pie” brinda las maestras mediante el programa “Potenciar trabajo”. “Había años en que solo teníamos una matrícula de 5 alumnos por aula, ahora tenemos otro tercer año y 130 alumnos”, dijo la directora Ana Farías.
Celeste Gramajo asiste con su pareja a clases. "Tenemos tres hijos y gracias al espacio pedagógico podemos terminar el secundario los dos”. Narella Gaitán tiene 2 hijos chiquitos y se le hacía imposible asistir a clases: "Yo los traía al principio pero eran tremendos y yo no podía prestar atención". Su prima, Johana Gaitán, agregó: "Al principio lo dejaba con mi hermano pero se le hizo cuesta arriba, hace falta el estudio para poder ser alguien y por nuestos hijos".