Un hombre mató a puñaladas a su hermano, convencido de que la víctima "no repartió bien" la herencia que les dejó su padre al morir. El brutal asesinato tuvo lugar en la pequeña localidad de Pinto, en Santiago del Estero.
El atacante, Abel "Pelusa" Álvarez, fue quien confesó el hecho en la comisaría del pueblo. "Vengo a entregarme. Acabo de matar a mi hermano", les dijo a los policías, que quedaron helados. La víctima fue identificada como Luis Álvarez.
El crimen está siendo investigado por el fiscal Guillermo Farías, quien pudo saber con el paso de las horas que el padre de la familia había dejado a sus nueve hijos (seis mujeres y tres varones) una casa, un campo y animales como herencia.
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Se cree que Luis vendió el campo y utilizó parte del dinero para adquirir una casa en la que se mudó con su madre. "Pelusa" también sospechaba que su hermano le robaba animales y le entregó menos dinero del que le correspondía por la venta del campo.
Lo cierto es que el pasado domingo, en medio de todas estas dudas, Abel fue en su moto hasta la nueva casa de Luis y le exigió que le contara si le robaba dinero y algunas de las vacas de su vivienda.
La víctima negó todo y en ese momento arrancó una pelea. "Pelusa" sacó un cuchillo tipo carnicero y lo asesinó de siete puñaladas a la altura del tórax. Su madre dormía en su habitación cuando ocurrió el crimen.
Luis murió en el acto, mientras que el agresor dejó el arma blanca, se lavó las manos y caminó seis cuadras hasta la Policía, donde confesó el episodio.