En 2008, Andrés Horacio Baleani asesinó a su propio hermano tras una disputa familiar en Inriville, provincia de Córdoba. Nicolás, la víctima, vendió a un perro de carreras que era propiedad de ambos: el homicida enfureció y lo mató de un escopetazo.
Por el crimen, el asesino fue condenado a ocho años de cárcel. Sin embargo, los amigos del fallecido prometieron venganza para cuando saliera de prisión.
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En 2016 Andrés recuperó la libertad, tenía ya 54 años e intentaba rehacer su vida. Siguió viviendo en su pueblo natal, se mudó con su madre y estaba trabajando como albañil.
Pero de un día para el otro, a finales de agosto de aquel año, desapareció y nunca se supo más nada de él.
Venganza, crimen y fuga
El misterio sobre el paradero de Baleani desató una investigación muy complicada ya que la venganza era un secreto a voces, pero nadie se animaba a hablar en la zona.
Sin embargo, el fiscal Fernando Epelde de la fiscalía de Marcos Juárez consiguió pruebas e imputó a Julio Rotta, uno de los mejores amigos de Nicolás, por “privación ilegítima de la libertad calificada seguida de muerte”. La hipótesis es que él había sido quien vengó el crimen.
A Rotta se lo acusaba de secuestrar y luego asesinar a Baleani. Pero mientras las tareas investigativas aún estaban en curso, el principal sospechoso escapó y no hubo noticias de él hasta las últimas horas.
Cayó de forma insólita
El Ministerio Público Fiscal informó este viernes que la Dirección de Investigaciones Operativa (DIO) detuvo a Rotta en la ciudad de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe.
El prófugo era buscado desde 2016 y fue encontrado de una manera muy curiosa.
Rotta había conseguido trabajo y su empleador decidió ponerlo en blanco. Cuando le dieron el alta en ANSES, sus datos saltaron y los investigadores pudieron localizarlo.
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Ahora el sujeto quedó detenido y a disposición de la Justicia cordobesa.