El menor encontró una carabina calibre 22 en una de las habitaciones de la casa donde su abuelo realizaba trabajos de albañilería. La sacó y sin querer la disparó. La bala impactó en la nena que murió en el acto.
Al escuchar el tiro, el abuelo dejó todo y los fue a buscar. Cuando entró, vio a la criatura tirada en el piso y un charco de sangre a su alrededor. Desesperado salió a pedir ayuda pero resultó inútil. Los médicos de la ambulancia sólo constataron la muerte.
El hombre de 65 años de edad no tenía consuelo. Había llevado a los chicos a su trabajo porque estaban solos. No sabía que en la casa había un arma de fuego. Los dueños tampoco se encontraban en el lugar y nunca imaginó que la carabina terminaría en las manos de su nieto.
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La causa quedó caratulada como homicidio culposo.