La policía baleada en el ataque a la comisaría en San Justo, Buenos Aires, sigue sin sentir sus piernas. Uno de los disparos que recibió Rocío Villarreal le dañó la vértebra dorsal 12 y se hinchó la médula, por lo que aún no se sabe si podrá volver a caminar.
Sin embargo, la joven sargento sorprendió con su estado de ánimo a los médicos que la atienden. "Estoy asombrado de cómo recibió todo esto. Lo bien que se encuentra. Lo colaboradora. Me agarró la mano y nos agradeció a todos por cómo estábamos actuando", expresó el director del Centro Médico Fitz Roy, Mario Schusterhoof.
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"Me dijo 'doctor, no se preocupe, lo importante es que estoy'. Eso nos llena de orgullo, de satisfacción y de esperanza al futuro", afirmó. La alentadora frase de Rocío llegó luego de que le comunicaran, tras una exitosa operación realizada el jueves, las dificultades que presenta y por qué no siente sus miembros inferiores.
El doctor indicó que la agente está "evolucionando muy bien" de la intervención quirúrgica. "Todo lo que no sea médula está muy bien. Los signos de los miembros inferiores siguen silenciosos, no hay mejoría, pero no esperábamos que la hubiera. El lunes empezaremos con el tratamiento de recuperación. Será larguísimo y requerirá mucho esfuerzo", explicó.