León Tolstoi dijo “pinta tu aldea y serás universal”. Michel Bras, desde Laguiole, un pueblito de 1.500 habitantes en la región de Aveyron, Francia, se elevó a lo más alto de la gastronomía mundial y logró tres estrellas Michelin siendo fiel a un estilo y a un modo de vida: ir contra los códigos pseudo gastronómicos.
Acompañando a los cocineros locales Roal Zuzulich, Facundo Tochi y María Barrutia, cocinará para 50 personas el 12 de octubre en Sibaris, en una cena a beneficio de la Fundación Le Sourire sonrisa del Chaco. En esta entrevista nos habla de su filosofía de vida y su pasión por Argentina y los viajes:
- En cada profesión hay compromisos. Para Michel Bras, ¿cuáles son esos compromisos?
- Nunca hice concesiones en mi vida profesional, quizás erróneamente. Siempre quise ser honesto con mi pensamiento, en acuerdo con nuestra elección de vida.
- ¿Cuántas veces vino a la Argentina? ¿Qué recuerda de cada visita? Para usted, ¿qué identifica a la gastronomía argentina?
- Muchas veces, en varias ocasiones: por festividades, de mochilero. Tiene paisajes fabulosos, con una diversidad fenomenal, y encontré mujeres y hombres con cuales uno se encariña, tanto sea en San Telmo, La Boca o en la frontera con Bolivia. Mi primer contacto con el suelo argentino fue con un buen bife de chorizo, pero prefiero las comidas que hacen maravillas con tan poco, como por ejemplo la humita.
- ¿Cuándo supo que alcanzaría las tres estrellas Michelín? ¿Qué requisitos son indispensables para lograr esa calificación tan prestigiosa?
- En realidad, nunca me hice la pregunta, estando siempre a contra corriente de 'los que piensan bien' y de los códigos 'pseudo-gastronómicos'. Queríamos realizarnos en el marco de nuestra pasión. Además, las más lindas estrellas son aquellas que nos ofrecen nuestros clientes a diario.
- ¿Qué cosas lo hacen feliz hoy?
- Lo que me hace feliz hoy es lo que me hizo feliz toda mi vida. Realizarme en el día a día en mis pasiones: profesionales, de creación, humanas, de sueños, deportivas… La verdadera felicidad, ¿no es aquella de compartir su alegría con la de los demás?
- ¿Nos puede adelantar qué mensaje encontrará el público cordobés en cada plato que lleve su sello/impronta?
- Una comida que respira la vida, el compartir. Y que los niños del Chaco reencuentren la sonrisa y la alegría de vivir.
Traducción: Jacques Payen.