El 2020 fue muy duro para todos los argentinos, pero especialmente para la familia de Abigail Jiménez. La nena de 12 años, cuya historia se viralizó al cruzar en los brazos de su padre la frontera entre Tucumán y Santiago del Estero ante la restricción por el coronavirus, pudo pasar Año Nuevo en familia y con una sonrisa.
"El milagro se está haciendo en la vida de Abigail. Despedimos el año que no fue para nada bueno y le pedimos a Dios que siga ayudándonos", le contó a Clarín Diego Jiménez, el papá, luego de recibir al 2021 con una cena en la vereda de su casa en Termas de Río Hondo.
"Agradezco a Dios y a toda la gente que está pidiendo por mi hija; es un milagro lo que está pasando y ojalá mi hija se siga recuperando", agregó Jiménez, que organizó la reunión al aire libre con sus padres y abuelos de Abigail, Diego y Carmen, tíos, primos y vecinos.
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Su tía Rosa, precisamente, celebró que pasaron fin de año "felices" y "en familia" después de tanto dolor. "Somos una familia numerosa, pero igual compartimos junto a los vecinos, que tanto nos han ayudado en estos tiempos", dijo.
La salud de Abigail
Tras una internación en Buenos Aires, la nena está con cuidados paliativos en su casa de Santiago del Estero. A finales de noviembre, los equipos médicos que la trataban en el Hospital Universitario Austral, indicaron que los estudios evidenciaban "progresión de enfermedad local y sistémica, no presentándose oportunidad de ofrecer un tratamiento con objetivos curativos".
Por eso, implementaron un plan de "cuidado integral", pero en su casa. Médicos y enfermeros, que el Gobierno santiagueño gestionó luego del amplio repudio de millones de argentinos, trabajan para que atraviese la enfermedad lo mejor posible.
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"Sale con nosotros, gracias a Dios cada día está mejor, hasta le gusta pasear, comparte la mesa, se sienta, cuando antes no lo hacía. Es algo que ella ha superado, porque estaba con miedo", destacó su tía Rosa.
Al brindar, toda la familia coincidió en que tras un año "muy feo", están viviendo un verdadero "milagro de Dios". Ahora, sueñan con que Abigail pueda "nadar otra vez" en la pileta de la plaza de Las Termas.
"Es único y mágico lo de la gente, que está pidiendo con devoción por la salud de Abigail. Sigan con las cadenas de oración", pidió su papá Diego.