Cada día hay más preocupación en Córdoba y el país por el avance del narcotráfico. Uno de los afectados es el padre Mariano Oberlin: el martes pasado balearon el centro de rehabilitación de adicciones que dirige en Campo de la Ribera, en donde viven 40 chicos.
Pocos días atrás, en diálogo con Arriba Córdoba, el sacerdote había cuestionado la influencia que los narcos del barrio tienen sobre los jóvenes a la hora de buscar empleo, porque este rubro “supera” el salario de todo trabajo honesto.
En lugar de callar, Oberlin denunció el hecho vía Facebook e instó a la Policía a combatir con más dureza el negocio de la droga. Aunque después de eso se le asignó custodia policial, sostuvo: “No es conmigo el problema”.
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Tras la balacera, el arzobispo Ángel Rossi se mostró intranquilo por la seguridad de su colega y también por lo que el hecho representa para la sociedad. “Es muy doloroso y lo que ha sucedido es símbolo casi en caricatura de lo que estamos viviendo, que no es sólo ahí y está generalizada en los barrios. Esa parte triste del manejo de la droga, de la violencia, no es nuestro pueblo, son algunos cebados seguramente por intereses de plata y que son los que nos hacen tanto daño”, expresó en radio Mitre Córdoba.
También reflexionó: “A veces uno de nuestros grandes errores es generalizar y decir que todo barrio sencillo tiene -voy a decir una palabra fea- ‘malandras’ y no es así, de ninguna manera, es gente laburadora. Son víctimas de estos grupitos menores”.
Además, lamentó la “sensación de impotencia” porque “se ha instalado el miedo”. “El miedo bloquea, hace que uno no hable, cierra puertas, nos hace tapar los oídos y los ojos por temor a que después vengan las represalias”, continuó.
Consultado por reclamar a las autoridades una actuación más firme desde su lugar de arzobispo, anticipó que “seguramente habrá actuaciones en estos días, conversaciones” para “buscar soluciones”.
“Esto tiene que ser un trabajo en conjunto en donde algunos tienen más responsabilidades que otros. El Papa Francisco suele repetir ‘juntos salimos o juntos nos hundimos’. Esperemos que con buena disposición de las partes nos animemos a realizar un trabajo más serio, más agresivo, no negador de la realidad”, apuntó.
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Con respecto al drama por el narcotráfico en Santa Fe, comparó: “Solemos decir que esto no es Rosario todavía. Estamos en un momento donde casi depende de nosotros que esto no sea Rosario, pero si nos descuidamos va a serlo en tres meses o ya lo es, y será más descarado a la vista”.
Y finalizó: “Por lo pronto el apoyo incondicional a Mariano de parte mía, de la Iglesia y creo que de la sociedad en general”.