Valentino Blas Correas murió este jueves tras un disparo por la espalda que un policía le efectuó en medio de una dudosa persecución. Tenía 17 años y el caso conmociona a Córdoba.
Según los distintos testimonios a los que accedió El Doce y la reconstrucción de los hechos, el adolescente salió con sus amigos a un bar en un auto Fiat Argo. Cerca de la medianoche, cuando estaban regresando a sus casas, motochoros los quisieron asaltar y el conductor del auto habría acelerado para huir.
Hay versiones que indican que los mismos motochoros mintieron y le dijeron a la Policía que los jóvenes eran ladrones: ello habría motivado la persecución. Más adelante, a la altura de Plaza de las Américas, el Fiat se topó con un control policial en el cual no frenaron e inmediatamente al menos un policía comenzó a disparar contra el auto.
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Uno de los balazos entró por la parte trasera del vehículo y le dio en la espalda a Blas. Sin notar la gravedad de la herida y aterrados por los disparos, los jóvenes continuaron camino hacia la zona de Nueva Córdoba.
La escena
Previo a un frustrado paso por el Sanatorio Aconcagua, adonde sus amigos intentaron llevar a Blas para que lo atiendan pero al parecer les habrían indicado que era mejor que se conduzcan hasta el Hospital de Urgencias, en Bv. Chacabuco esquina Corrientes los detuvo otro operativo policial que venía siguiendo sus pasos.
En el vehículo se encontraba el conductor, su novia, y en el asiento trasero Blas, ya agonizando debido a la herida. Cuando el servicio de emergencias llegó al lugar constató la muerte del adolescente de 17 años.
¿Una tercera arma?
La información oficial de la investigación indica que en la escena del crimen rescataron dos armas policiales, que son las que dispararon contra el auto y uno de esos balazos fue fatal para el joven. Por tal motivo hay dos policías detenidos e imputados por “homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego y por tratarse de personal policial”.
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Sin embargo, también apareció una tercera arma de fuego: se trata de un revólver. Según policías, únicos testigos de este hecho, el arma fue arrojada desde dentro del Fiat Argo en el que viajaban Blas y sus amigos.
La sospecha
Gabriel Prunotto, secretario del fiscal José Mana que es quien está a cargo de la investigación, habló con El Doce e indicó que “Hasta el momento no hemos podido acreditar la existencia de un intercambio de disparos”.
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Es decir, en primera instancia niegan que los jóvenes hayan efectuado algún disparo. De todas maneras realizarán pruebas de dermotest a los amigos de Blas para detectar si hay rastros de que hayan manipulado un arma.
“Personal policial dice que el arma fue arrojada desde el auto de estos chicos”, agregó Prunotto, resaltando que la versión es únicamente de los efectivos.
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Sin embargo, fuentes cercanas a la investigación tienen sus sospechas y no descartan que el revólver en cuestión haya sido plantado.
Para cerrar, Prunotto informó que por el momento “la fiscalía entiende que hubo un exceso del personal policial” y por tal motivo se ordenó la detención inmediata de los dos policías acusados.