Solange Musse tenía 36 años. Desde hacía tiempo luchaba contra un grave cáncer. De Neuquén se trasladó a Alta Gracia, junto a su mamá, para realizar un tratamiento alternativo. Este viernes, falleció en el Sanatorio Allende de la ciudad de Córdoba, donde se encontraba internada tras sufrir una descompensación.
El caso conmovió a Córdoba y a todo el país porque su papá, Pablo Musse, viajó 40 horas seguidas para volver a Neuquén porque le negaron ingresar a la provincia de Córdoba para acompañar a su hija, a quien hacía cinco meses no veía por la cuarentena.
"Mi papá es todo, lo necesito mucho", había dicho la joven a El Doce. A través de una carta, que leyó la periodista Roxana Martínez, expresó su último deseo: despedirse de su papá. Sin embargo, "los protocolos" por la pandemia le negaron ese último adiós.
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Pablo Musse, a través de su abogado, presentó un recurso de amparo para que le permitieran viajar y llegar al sepelio. El juez federal de Córdoba, Ricardo Bustos Fierro, le otorgó el permiso para despedir los restos de Solange, a pesar de que ya no podrá abrazarla, ni besarla, mucho menos expresarle cuánto la amaba.
Bustos Fierro ordenó que se notificara a la Jefatura de la Policía de la Provincia de Córdoba y al COE las autorizaciones concedidas, para que en los controles, Pablo no vuelva a vivir aquella odisea desgarradora e injusta que le negó ver a su hija que tanto lo necesitaba.