Carlos A. (45) está en internado en terapia intensiva y su estado es crítico tras haber sufrido quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo. Quien lo quemó fue su propia madre, pero detrás de la agresión se esconden más de dos décadas de sufrimiento y violencia.
Ocurrió en la madrugada del viernes en Lomas de Zamora, Buenos Aires. Antes de tomar la drástica decisión, su hijo había tenido un brote psicótico e intentó matarla con un cuchillo.
Desesperada como tantas otras veces por los ataques de su hijo, quien padece esquizofrenia paranoide, E.G. (así fue identificada) y su esposo llamaron al 911 para pedir ayuda urgente. Cuando llegó la policía, los efectivos necesitaron la intervención de personal médico para controlar al hombre.
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Los enfermeros decidieron sedar al paciente psiquiátrico y dejarlo durmiendo con la idea de que al despertar estaría mejor. Por su condición mental Carlos no puede trabajar ni mantenerse por sus propios medios, por lo que toma medicación diaria y vive en una habitación en la casa de sus padres.
Sin embargo, mientras los policías aún estaban retirándose de la vivienda, E.G. roció a su hijo con alcohol y lo prendió fuego. Su esposo salió corriendo a pedir a los efectivos que vuelvan para ayudar: según pudo saber Infobae, cuando ingresaron, se toparon con la mujer sentada en el borde de la cama viendo cómo las llamas consumían a su hijo.
La historia detrás
Cuando E.G. llamó a las autoridades para pedir auxilio por el brote psicótico de su hijo, le rogó a la policía que se lo lleven para internarlo. Fuentes de la causa revelaron a Infobae que la mujer, que tiene pocos recursos económicos, había iniciado hace tiempo los trámites para pedir que a su hijo lo internen en un centro de salud mental, pero no lo logró.
Durante al menos 20 años, tiempo en que la enfermedad psiquiátrica de Carlos fue empeorando, E.G. vivió un infierno de amenazas, violencia, golpes y gritos. De hecho, contó que muchas veces tuvo que encerrarse en su habitación para que él la deje de golpear y maltratar.
Al parecer la mujer buscó de todas las formas posibles conseguir la ayuda correspondiente y el tratamiento para su hijo, el cual no llegó a tiempo. Además, el hombre había dejado de tomar la medicación y eso lo volvía aún más violento durante sus ataques.
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Todas estas cuestiones fueron tenidas en cuenta por la fiscal Marcela Juan, de Lomas de Zamora, quien decidió liberar a la mujer tras pasar solo algunas horas detenida. Según indicó, no existe riesgo de fuga ni de que pueda entorpecer la investigación que acaba de comenzar.
Además de Carlos el matrimonio tiene otros hijos, pero no viven en el mismo hogar. Sin embargo, los hermanos del joven también declararon que el agresor estaba obsesionado y se ensañaba con su madre.
Este lunes E.G. será sometida a pericias psiquiátricas para determinar si comprendió lo que hizo y si estas dos décadas de difícil convivencia junto a su hijo le provocaron secuelas mentales que puedan relacionarse con su reacción.