Mónica Maldonado tiene 63 años y sufre de EPOC severo (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). La mujer vive presa en su casa de barrio San Rafael: es oxígeno dependiente y desde hace casi cuatro años está conectada las 24 horas a un tubo de 50 kilos que mueve de acá para allá.
"No salgo a ningún lado, no puedo respirar", lamentó Mónica.
Luego tres años con la máquina, en septiembre de 2017 solicitó a la Apross un concentrador de oxígeno que pesa dos kilos para reemplazar al "lavarropas" y mejorar su calidad de vida. Hasta ahora, según ella, desde la obra social se lo niegan.
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"No salgo a ningún lado, no puedo respirar, y llevar esto es muy pesado", le contó a Luchi Ybañez entre lágrimas. "Es una vida muy complicada, camino tres metros y me canso", lamentó. Acá, su duro testimonio en Telenoche:
La respuesta de la Apross
"No hay informe médico que justifique el pedido del concentrador portátil y cómo es un insumo que se provee por excepción, resulta indispensable presentarlo. Pero la vamos a ayudar a hacer el trámite como corresponde", aseguraron fuentes del Apross a El Doce.