El pasado viernes, Thiago, de dos años, ingresó al Hospital de Pilar con un cuadro severo. Sus padres argumentaron que se había ahogado con comida y tras pasar varias horas internado terminó muriendo.
Ante las sospechas de los médicos, se realizó una autopsia que confirmó golpes, quemaduras con cigarrillos y fuertes signos de abuso sexual. Por eso, el fiscal Andrés Quintana ordenó detener al padrastro, Ariel Farías.
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El informe forense lo complica: el nene sufrió una hemorragia interna por un golpe en la zona abdominal. Además, en el resto del cuerpo tenía distintas lesiones y las quemaduras se localizaban en los brazos y en la zona genital. Algunas de ellas estaban cicatrizadas desde hace tiempo.
Marcha y denuncia
Al enterarse del fallecimiento, los vecinos del barrio San Alejo se movilizaron para reclamar que también se investigue la presunta participación de la madre en los maltratos.
El abuelo de la víctima, José Fleitas, habló con el portal Pilar de Todos y dejó una grave acusación por la inacción de la Justicia: dijo que en enero del 2020 realizó una denuncia en la UFI Nº 1 pero que nadie actuó a tiempo.
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“Dije que el bebé era golpeado, hay fotos del maltrato que sufría pero nadie hizo nada”, lamentó, y apuntó contra la madre del niño: "Está suelta y nosotros pedimos que la detengan porque ella tiene responsabilidad en lo que pasó”.