La esperanza es lo último que se pierde y la familia de Lautaro Alvaredo (19) aún espera el milagro. El joven atacado a golpes a la salida de un boliche de La Matanza tiene muerte cerebral y permanece internado con respirador en la clínica Mariano Moreno. Su papá Diego no se separa de su lado desde hace 10 días y aseguró que tuvo reacciones.
“¿Me creés si te cuento que primero movió un dedo, después una mano y luego el hombro entero? ¿Y si te digo que le masajeo el pie y lo tuerce como si sintiera cosquillas?”, expresó en diálogo con TN.
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Diego y su familia aguardan un milagro y ven en el joven una “fuerza increíble”. “Todo el tiempo nos da señales de que no se quiere ir”, sostuvo y contó que los médicos les informaron que el cuerpo de Lautaro se iba a deteriorar poco a poco. “Pero está pasando lo contrario. Hace un rato me apretó la mano. Las enfermeras no lo podían creer. Lloraban conmigo”, reveló conmocionado.
Ataque
El 5 de noviembre pasado Lautaro salió a bailar por tercera vez en su vida. Fue al boliche “Cyrux” de Laferrere y cuando la noche estaba terminando hubo una discusión entre un amigo de la víctima y otro grupo. El chico acusaba a los demás jóvenes por la rotura de sus anteojos.
Eso derivó en una pelea mortal afuera del boliche, luego de que los guardias los sacaran. En ese momento alguien le pegó a Alvaredo en la nuca y lo dejó en el suelo. Acto seguido le dieron una patada en la cabeza que lo dejó inconsciente.
Lo trasladaron a un hospital de la zona y los médicos confirmaron la muerte cerebral. “Eso no cambió. Nos siguen diciendo lo mismo. Lo que yo te puedo decir es que, cuando llegó a la clínica, Lautaro estuvo muerto cinco minutos”, dijo Diego en relación al diagnóstico.
“Lo desconectaron y su corazón empezó a latir nuevamente. Si después de eso no puedo tener fe, ¿en qué otra cosa voy a creer?”, añadió el papá.
Por el caso hay dos detenidos, identificados como Ian Noguera y Román Stella. Ambos tienen la misma edad que la víctima y fueron reconocidos por las cámaras de seguridad de la zona del ataque.
El apoyo que está recibiendo la familia Alvaredo se refleja en las visitas que reciben en la clínica. “Vienen amigos y familiares pero también gente que no conocemos y nos brinda su apoyo y su fe”, comentó y cerró: “Había 0 por ciento de posibilidades, nos dijeron. A lo mejor ahora hay un 0,1 por ciento. Acá nadie piensa que mi hijo se va a morir”.