Ramón Rojas y su hijo Damián, de 59 y 28 años, fueron a trabajar como cualquier día a la fábrica de hielo Polarcito en Barrio San Vicente. José Suárez, de 41 años, los asesinó a sangre fría, no en un ataque de furia como se especuló en un principio. La principal hipótesis es que el doble crimen fue premeditado.
Todo indica que los esperaba para matarlos y había planeado todo. En la casa del asesino hallaron una carta firmada por él en la que le habría pedido a un vecino que guardara sus pertenencias hasta que salga de la cárcel. El texto termina con un pedido de "perdón".
+ MIRÁ MÁS: Horror en la fábrica de hielo: así fueron los crímenes
El fiscal Alfredo Villegas le confirmó a El Doce que encontraron el escrito y que, aunque es "prematuro decir que fue predeterminado, hay algunos elementos que podrían estar informando en ese sentido". Además, señaló que las pericias psiquiátricas a Suárez, quien fue trasladado a Bouwer, se harían la semana que viene.
Despedida y dolor. En el velorio de Ramón y Damián, los amigos de los fallecidos no descartaron que le hayan hecho chistes, pero no pudieron creer que se llegue a tal límite. Mirá lo que dijeron en Noticiero Doce:
Por su parte, el dueño de la fábrica de hielo donde ocurrió el doble crimen mostró su dolor, pero reconoció que los compañeros cargaban al asesino.
+ MIRÁ MÁS: Un empleado mató a dos compañeros de trabajo en barrio San Vicente
"Nos sentimos muy mal, nunca pensamos que podía pasar esto", señaló hoy Cristóbal Lázaro, el propietario de la firma. "Habrán tenido algun motivo, alguna discusión, no lo se...", explicó entre llantos, en diálogo con Roxana Martínez en el móvil de Arriba Córdoba.
El hombre confirmó que Suárez trabajaba hace 10 años en la empresa y que se había operado de la próstata. Lo consideró "un tipo muy callado" y aclaró que "no tenía problemas de ningún tipo". Además, dijo que "nunca" le planteó que tenía problemas con sus compañeros.
Sin embargo, el propietario reconoció que, hace como 5 años, el encargado le dijo: "no anda como tiene que andar" y que cuando le preguntaron a Suárez que le pasaba, les respondió: "me siento incómodo, los muchachos me cargan". Lázaro explicó que él le dijo al resto de sus empleados que no lo molestaran.
El caso que conmueve a Córdoba
José Suárez llegó a la fábrica con un arma y le disparó en el rostro a Ramón Rojas, de 59 años. Cuando cayó al piso, le dio otro balazo y luego se ensañó con una tijera. Después, persiguió al hijo de su primera víctima, Damián Rojas, de 28, a quien le dio un balazo en la nuca.
Al encargado, Hugo Herrera de 60 años, lo atacó con la tijera. Se salvó porque se hizo el muerto y ahora se encuentra internado. Es el único que puede develar exactamente qué paso. Luego, el asesino llamó a la policía para avisar lo que había hecho.
El atacante está preso e imputado por homicidio agravado por el número de víctimas y por el uso de arma de fuego, por orden del fiscal Alfredo Villegas, quien ordenó que le realicen peritajes psicológicos.