Este miércoles se cumple una semana del brutal crimen de Silvia Apaza y la investigación recibe un duro golpe: el fiscal Tomás Casas ordenó la liberación del único detenido.
La mujer de 31 años y madre de dos niños fue asesinada mientras esperaba el colectivo en calle Curazao al 2000, casi esquina Río Pinto, de barrio Congreso. Eran las 5:30 de la madrugada e iba camino a su trabajo como personal de limpieza en una clínica privada de la ciudad.
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Lo que se sospecha es que dos motochoros le pegaron un balazo en la cabeza a sangre fría para robarle las pocas pertenencias que tenía. Sin embargo, según publicó La Voz, uno de los supuestos testigos mintió.
La versión de este hombre indicaba que Víctor Hugo López (48) había participado de una fiesta esa noche donde hubo alcohol y drogas. Además, dijo que él mismo había confesado que cometió el crimen.
Es por ello que el fiscal, como primera medida, ordenó la imputación e inmediata detención de López. Sin embargo, las sospechas contra él fueron perdiendo fuerza: ni las cámaras de seguridad, ni la geolocalización de su celular, ni tampoco declaraciones de otros testigos lo involucran con el caso.
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Debido a la falta de pruebas se ordenó su liberación y el crimen no tiene aún ningún detenido. "Hasta ahora no hay sospechosos", lamentó en diálogo con El Doce Carlos Nayi, abogado de la familia de Apaza. De todas maneras, el letrado valoró la liberación de López, ya que al parecer es inocente: "Necesitamos encontrar a los verdaderos culpables".