Esther Castro (41) y Sara Castro (39) son las hermanas que están desaparecidas hace más de una semana. Sus cuerpos son buscados en un profundo pozo de agua de más de 50 metros. Está ubicado en el patio de la vivienda de barrio Autódromo, en el norte de la ciudad de Córdoba.
Dos jóvenes de 24 y 21 años confesaron el crimen. Ambos son hijos de una de las mujeres. Están detenidos e imputados por homicidio calificado y homicidio en concurso real.
Además hay una chica de 17 años demorada que habría colaborado en el hecho. La fiscal de Violencia Familiar, Andrea Martin, está a cargo de la investigación.
+ VIDEO: Buscan los cuerpos de las mujeres en un profundo pozo de agua
El macabro hecho esconde una trama escalofriante. Según relató una vecina a El Show del Lagarto, una de las desaparecidas habría advertido que “algo malo iba a pasar”.
De acuerdo a las versiones de los vecinos, en la vivienda vivían más de diez personas, entre adultos, adolescentes, niños y bebés. En la madrugada del pasado jueves vieron cuando los acusados prendieron una enorme fogata en el patio. Aseguran que el olor era nauseabundo.
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También manifestaron que practicaban ritos satánicos. Desde hacía varias noches, escuchaban rezos extraños y alabanzas. Revelaron que en las ventanas se observaban imágenes de crucifijos no convencionales. Además, describieron a los integrantes de la familia como “agresivos”.
En el interior de la casa, los investigadores encontraron palas, machetes, hachas y una maza que tendría manchas de sangre. No descartan que los cuerpos hayan sido desmembrados para luego ser arrojados al pozo. En el lugar trabajan bomberos, efectivos de la Policía de Córdoba, División Canes, personal del Departamento Unidades de Alto Riesgo (Duar) y Policía Científica.
Una historia oscura
Al parecer viven hace más de 10 años en esa casa. El padre de las mujeres desaparecidas habría fallecido hace siete meses.
En barrio Autódromo circula la versión de que el hombre habría abusado de sus hijas y producto de la violación habrían quedado embarazadas. Lo mismo habría sucedido con sus nietos, que serían sus hijos.
Los vecinos nunca se animaron a denunciar lo que ocurría en el interior de la vivienda porque “estaban amenazados”. La situación se habría descontrolado aún más tras el fallecimiento del padre.
+ VIDEO: Las macabras versiones de los vecinos tras el crimen: