Emoción, lágrimas, piel de gallina, alivio, sonrisas y mucho amor. Todas esas fueron las sensaciones y sentimientos que vivieron los integrantes de la familia Vivas al apreciar el esperado reencuentro entre Fernando y su nietita Catalina.
Más de tres meses pasaron desde la última vez que Fernando vio a su única nieta, cuando la beba tenía apenas dos semanas de vida. Fue en los primeros días de marzo, antes de contagiarse de coronavirus y pasar 77 días internado, de los cuales 56 estuvo en terapia intensiva conectado a un respirador artificial.
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Su caso fue muy preocupante y de gravedad extrema debido a las fallas multiorgánicas que presentó durante esos días: estuvo sedado, con respiración mecánica, con fallas en sus riñones -fue sometido a diálisis-, hígado y corazón. Pero Fernando sobrevivió y hoy afronta sus últimos días de internación en el Sanatorio del Salvador.
Sorpresa y media
Probablemente, Fernando (58 años) jamás olvide el sufrimiento que vivió desde el día que quedó internado por coronavirus, aislado de pareja, de sus hijos y de la nueva integrante de la familia. Pero seguramente tampoco olvidará este momento del reencuentro con la más pequeña.
"Le aparecimos de sorpresa en la habitación y mi papá lloró mucho por todo esto que le tocó vivir. Él creía que recién la iba a ver dentro de un tiempo al salir de la rehabilitación, pero los médicos nos autorizaron a traerla con los cuidados correspondientes", dijo Gastón, papá de Catalina e hijo de Fernando.
"Con esta sorpresa probamos el funcionamiento de su corazón", contó entre risas y todavía emocionado por el reencuentro de la beba con su abuelo. Respecto al estado de salud actual de Fernando, su hijo señaló que está "bastante mejor". "Le han sacado casi todo, lo único que le queda es la sonda gástrica. Ya no está con antibióticos y, si todo sale bien, esta semana recibiría el alta médica para ir a un centro de rehabilitación".
+ La foto que emociona:
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