Pasaron 33 años de aquellos días terroríficos que vivieron siete varones, de entre 10 y 14 años, en el Seminario Menor de Paraná. Eran alumnos del cura Justo José Ilarraz, quien hacía de guía espiritual de quienes ingresaban por su vocación religiosa. La familia de los chicos y adolescentes tenían la ilusión de que se conviertan en sacerdotes. .
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Sin embargo, jamás imaginaron que sería capaz de abusar sexualmente de ellos. A pesar de que durante mucho la cúpula de la Iglesia intentó mantener en secreto este hecho, finalmente se hizo justicia y fue condenado a 25 años de prisión. Se trata del segundo sacerdote de la Iglesia Católica preso en Entre Ríos por abuso y corrupción de menores.
Por el momento, ordenaron la prisión domiciliaria hasta tanto la condena quede firme. Después de una ardua investigación judicial y el debate oral que comenzó el 16 de abril de este año, le colocarán una tobillera o pulsera electrónica para controlar el cumplimiento de la pena. El 1º de junio se conocerá la sentencia completa.
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Según detalló Ilarraz durante las audiencias, “todo fue un plan orquestado” en su contra para perjudicarlo. Además, se declaró “inocente” y sostuvo que las cartas donde confesó los abusos fueron escritas porque estaba “confundido” y siendo “presionado” por el actual cardenal Estanislao Esteban Karlic.