Anabel saca fuerzas de donde no tiene. De un día para el otro, su vida cambió para siempre. El crimen de su pareja, Pablo Altamirano (36), sigue impune. El playero fue asesinado de un disparo en el abdomen cuando estaba trabajando en la estación de servicio en barrio Villa Corina.
Desde entonces, los asesinos están sueltos. Y el hijo de nueve años de la víctima implora que le devuelvan a su papá. “Hasta el día de hoy me dice que le hubiera gustado que esto sea un sueño”, reveló entre llantos la mujer en diálogo con Arriba Córdoba.
Asegura que hoy es el pilar de su familia, “la que tiene que hacerse cargo de todo”. Sigue por ellos, por sus hijos: “Yo sé que Pablo me da fuerzas”. En medio de tanto dolor, insistió en que no va a bajar los brazos y seguirá adelante exigiendo justicia. “Queremos justicia, tiene que haber justicia”, repitió Anabel y sus ojos se llenaron de lágrimas, otra vez.
La familia de la víctima volvió a remarcar que si esa noche Pablo Altamirano hubiera estado con un policía, él seguiría con vida. De acuerdo a lo que revelaron, después de la pandemia quedó solo sin guardia de seguridad.
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Por su parte, el abogado Carlos Nayi manifestó que “están dadas todas las condiciones para identificar y detener a los delincuentes”. El registro de las cámaras de seguridad fue secuestrado por la fiscalía. Sin embargo, explicó que los ladrones al tener barbijo y capucha “dificultaron las tareas de las pesquisas”. “Son horas decisivas”, sentenció.
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