Ignacio tiene 23 años y desde que comenzó la cuarentena vive con sus padres y sus dos hermanos más chicos en su casa de San Francisco. El lunes se enteró que un compañero del local donde trabaja dio positivo de coronavirus.
Ese día, fue a hacerse un hisopado por su propia voluntad por ser contacto estrecho. El resultado iba a estar en unos días, por lo que se hizo un test rápido para intentar sacarse la duda antes. A pesar de dar negativo y a la espera del PCR, de resultado más fiable, decidió aislarse por prevención.
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Pero no contaba con un lugar para hacerlo. El lugar donde viven es chico y no tenía una habitación con baño aparte para no tener contacto, por lo que decidió pasar su aislamiento en el auto para cuidar a su familia.
Su padre es paciente de riesgo por ser diabético y no quería arriesgarse a contagiarlo, por lo que no lo dudó. Estacionó el auto en la calle y allí pasó los días bajo la sombra de un árbol.
Durante esos días, sus amigos lo asistieron para alimentarse: le llevaron comida, bebida y lo acompañaron de manera virtual para pasar el momento: "Se me hizo eterno, mis amiigos me llamaban a la mañana, para preguntarme si necesitaba algo, por suerte estaba con el celular, sino no sé qué hacía", declaró a El Doce.
El viernes, finalmente se enteró que era positivo de Covid-19. El aislamiento no había sido en vano.
El joven asegura que se comunicó con la Municipalidad de San Francisco para comentar su situación, pero en un principio no le dieron respuesta. Al conocerse su caso en los medios locales, este viernes, fue derivado a Córdoba, donde transitará el aislamiento en un hotel de la ciudad.