Un hombre perdió uno de sus dedos y terminó con una herida en el abdomen tras explotarle una bomba de estruendo en las manos durante los festejos de Nochebuena.
El grave accidente ocurrió en su casa en Barrio General Paz, cuando uno de sus sobrinos, de nueve años, manipulaba una bomba de estruendo con mortero y él decidió sacársela de las manos, porque advirtió algo peligroso.
"Era para mi sobrino, se la quito y en un segundo explotó. Ahí nomás, no me dio tiempo a nada", dijo Jorge Artaza.
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Jorge, es empleado de Defensa Civil Municipal, por eso lamenta más lo ocurrido. “Siempre estamos dando cursos de precauciones de esto, y me pasa”. Por eso insistió en la no utilización de estos artefactos: “No hay que usar cosas pirotécnicas”, dijo al móvil de Arriba Córdoba, en el Instituto del Quemado, a donde evalúan si pueden salvar los otros dedos comprometidos.
Además del dedo que perdió, el hombre también quedó con zumbidos en los oídos.