Valeria Centeno es la dueña de Simón, el perro que fue mordido por una yarará cuando intentaba salvar a los niños de la familia. Los tres pequeños (de 8, 5 y 1 año) jugaban en el patio de su casa en Las Heras, Mendoza y el can intervino para que no sucediera la tragedia.
“Yo estaba en la lavandería cuando mis niños empezaron a gritar muy asustados. Tomé a mis hijos y metí a los perros en casa. Dos horas más tarde, noté que Simón tenía la cabeza hinchada y le costaba respirar”, confió Valeria a Los Andes.
Luego del heroico momento, la familia y Simón vivieron una odisea durante el fin de semana. Para poder salvar al animal, era necesario aplicar un suero antiofídico que en la provincia no está disponible para animales.
“Acudí a las redes para poder obtener el antídoto. A partir de ahí, fue todo a contrarreloj”, confió la mujer. En el Hospital de la ciudad la negativa fue clara, argumentando que solo había dosis para seres humanos.
+ MIRÁ MÁS: Se tatuó al médico del Hospital de Clínicas que le salvó la vida
Valeria, ya muy preocupada sabiendo que su perro podía morir, continuó con su lucha y logró hablar con el Secretario de Ambiente, quien autorizo el medicamento.
El antídoto lo consiguieron, sin embargo y según contó Valeria, se lo dieron con una lección moral mediante. “Me dijeron que si estaba consciente de que le quitaba una dosis a una persona por mi perro. Y yo les respondí: ‘”Respeto la vida del ser humano, pero también la de mis mascotas y si no fuese por ellos, la serpiente podría haber mordido a mis hijos.