Un policía de Seguridad Vial de Santa Fe que realizaba un operativo de tránsito vio a su expareja circular en un auto junto al esposo y padre de su hijo de 8 años y dio un volantazo, giró en U con el patrullero y empezó a perseguirla.
La joven bajó la ventanilla cuando lo reconoció y él disparó nueve veces. Uno de los tiros impactó en la cabeza de la mujer y la mató en el acto.
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La víctima se llamaba Claudia Lorena González y tenía 29 años. Hace más de tres meses había terminado la relación con el oficial Iván Leguizamón, tras decidir reconciliarse con Marino Milevich, el papá de su único hijo. Pero el agente no aceptaba la ruptura.
“Dejame de molestar, no quiero volver con vos, te voy a denunciar”, le advirtió asustada la víctima a Leguizamón cuando este se acercó al Peugeot 307 azul en el que iba con su pareja.
El agresor le pidió entonces a Milevich que bajara del vehículo para que pudiera hablar a solas con Claudia pero la discusión después de la rotunda negativa de la mujer solo duró unos segundos.
Leguizamón abrió fuego con su arma reglamentaria y uno de los disparos dio en la sien de la víctima.
Los otros dos policías que lo acompañaban observaban la escena desde el patrullero, sin intervenir. Entonces el oficial trató también de dispararle al esposo de su ex y, como se le trabó la pistola, forcejeó con él y casi lo ahorca en el piso.
Leguizamón se calmó, se apoyó en el patrullero y lanzó, con la víctima muerta dentro del 307: "Ahora sí estoy tranquilo". Y luego, con cinismo, le preguntó al hombre: "¿Me vas a venir a visitar a la cárcel con tu nene?".
La mujer asesinada llevaba un año estudiando en el Instituto de Seguridad Pública Provincia de Santa Fe (ISEP), en Murphy. Quería ser policía y actualmente era cadete.
"Nunca nos imaginamos que podría hacer eso. La ejecutó a sangre fría", le dijo a Clarín Eugenia González, una de las hermanas de la víctima.
Leguizamón quedó detenido e imputado por "homicidio calificado por el vínculo, por ser cometido por un varón contra una mujer mediando violencia de género, abusando de su función o cargo cuando fuere miembro de fuerzas policiales".
También arrestaron a los dos compañeros del agente. Fueron identificados como Jonatan Rojo y Mario Agüero, a quienes los acusan de "partícipes secundarios" ya que en ningún momento intervinieron para detener al femicida.