La Policía de Córdoba no tiene paz. Además de los incontables hechos de delincuencia que abundan en la provincia, puertas adentro del organismo no dejan de aflorar escándalos. En esta oportunidad, seis oficiales fueron imputados por hechos relacionados al robo de una pistola Browning, calibre 6,35 milímetros, que había sido secuestrada en un operativo.
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Según La Voz, el arma estaba confiscada en la comisaría de Morteros, dependiente de la Unidad Departamental San Justo, por lo que se infiere que fue vendida o alquilada a criminales. De esta manera, tres uniformados fueron acusados de hurto agravado y de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Además, hay otros tres policías imputados por presunto encubrimiento agravado, es decir, no denunciar el hecho a pesar de estar al tanto del delito. Al igual que los otros oficiales, pesa sobre ellos la etiqueta relacionada a la omisión de cumplir con la ley. Los seis agentes integran una brigada de investigaciones de la mencionada ciudad del este cordobés.
El fiscal de Morteros, Fernando Ávila Echenique, ordenó las imputaciones, pero dispuso que, por el momento, los acusados continúen en libertad.
En cuanto a la pistola, policías de la localidad de Brinkmann la habían incautado en un procedimiento que involucró a dos individuos en moto. Al constatar que el revólver era robado, fue trasladado junto al rodado a la comisaría de Morteros.
Para colmo, fuentes oficiales indicaron que el arma apareció nuevamente en otro hecho delictivo, ocurrido días después. A partir de allí, se investigaron en profundidad estas situaciones y se imputó a los seis policías, que quedaron en situación pasiva.