La sentencia del Tribunal Oral del Crimen N° 1 de Dolores contra los rugbiers que mataron a Fernando Báez Sosa dejó mucha tela para cortar. Cinco de los acusados fueron condenados a prisión perpetua, pero otros tres "esquivaron" la pena máxima y deberán cumplir 15 años de cárcel.
La jueza María Claudia Castro fue la redactora del voto que sustentó las condenas, mientras que sus colegas Christian Rabaia y Emiliano Lázzari adhirieron a la posición argumentada. En redes sociales, muchos comentarios apuntaron a por qué Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli recibieron una condena menor que el resto del grupo.
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“Lucas Fidel Pertossi, Ayrton Michael Viollaz y Blas Cinalli, luego de ver en el estado de absoluta indefensión en que quedó la víctima inmediatamente después de recibidos los dos primeros golpes y el accionar de sus consortes, apoyaron a los coautores y, de acuerdo al rol que cada uno asumiría en el ataque focalizado en la víctima fatal, prestaron una colaboración, si bien no imprescindible, lo suficientemente apta para favorecer la consumación del crimen”, indicó Castro en el fallo, según informó La Nación.
La jueza fue quien dividió responsabilidades por el asesinato de Báez Sosa y definió los 15 años de prisión para tres de los imputados. Argumentó que Pertossi, Viollaz y Cinalli “propinaron golpes de puño y patadas a Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y a Tomás Agustín D’Alessandro, con el objeto de evitar que los mencionados amigos de Fernando Báez Sosa pudieran socorrerlo, causándole a los mencionados lesiones que fueron caracterizadas como leves”.
"La prueba reunida en el juicio me ha convencido que el plan originario en el que los ocho acusados se confabularon consistió, en su origen, en atacar a golpes a Fernando Báez Sosa. A tal fin, se organizaron para golpearlo brutalmente, en grupo, como en otras ocasiones y respecto de otras personas ya lo habían hecho”, puntualizó Castro en sus argumentos.
Y agregó: "La situación para los acusados cambia cuando la víctima queda inmovilizada, semi inconsciente y a merced de los atacantes. La brutalidad de los golpes que en tal situación parte del grupo continuaron propinándole hasta dejarlo sin signos vitales, me permite afirmar que en tales circunstancias, internalizaron -actualizando su propio conocimiento- y encaminaron su voluntad conjunta y en un todo de acuerdo, a darle muerte a Fernando Báez Sosa”.