Después de 15 días internado, Pablo Álbarez obtuvo el alta y podrá volver a su casa. El niño de ocho años fue el primer argentino en padecer hepatitis aguda grave, una enfermedad de origen desconocido.
Tuvo que ser operado y recibir un trasplante de hígado. La intervención quirúrgica duró casi ocho horas. Luego de que el paciente se estabilizara, lo trasladaron a una sala común donde permaneció dormido cerca de 72 horas.
Al despertar pidió ver a su madre, Vanessa Sobrero. “Le di un beso y le dije que le había mandado saludos todo el mundo. No hacía otra cosa que mirarme. No quiere que me vaya ni un minuto de su lado y yo tampoco, lo único que necesito es estar cerca de él”, contó la mujer.
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El órgano que posibilitó la operación fue donado por la familia de un joven fallecido en La Pampa. Sobrero les agradeció la generosidad y aseguró que nunca olvidará “a los padres que tuvieron ese gesto inmenso en medio del dolor”.
Álbarez había sido diagnosticado con un cuadro de hepatitis el 4 de mayo. En ese entonces debió ser trasladado desde la localidad santafesina de Funes al Sanatorio de Niños, en Rosario. Según dijeron las autoridades del centro médico, el menor continuará recibiendo asistencia médica y psicológica para terminar de afrontar lo vivido.