Cuando el 20 de marzo comenzamos a transitar la primera etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio nadie imaginó que a finales de julio todavía estaríamos hablando des de nuestros confinamientos. Pero aquí estamos.
Es lógico, entonces, comenzar a preguntarse sobre los efectos psicológicos que la cuarentena produce en las personas después de haber superado los 120 días de encierro.
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"Esta cuarentena prolongada por supuesto que tiene efectos en nuestra salud mental”, aseguró el médico, psicoanalista y escritor José Eduardo Abadí en Arriba Córdoba. Y agregó que es necesario conocer la situación para tomar las medidas necesarias y encontrar “ventanas de oxigenación” para apaciguar la soledad forzada de la cuarentena.
También reconoció que los efectos en la salud mental no implican directamente que la cuarentena haya sido mal decidida. Por el contrario, reconocer que algo sucede es el primer paso para tomar decisiones al respecto. Negar que hay consecuencias en la salud mental puede ser” ingenuo y hasta peligroso”.
El doctor Abadí explicó que a medida que la cuarentea se extiende las personas pueden ir atravesando distintos procesos: primero la “sorpresa traumática, después la ansiedad que aumentada que se transforma en angustia y la angustia que se expresa en el cuerpo con ataques de pánicos, sufrimiento y miedo”.
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Si bien ninguna de estas situaciones son tan graves como para llevarnos a la muerte, ignorarlas puede provocar que las personas tengan conductas distorsionadas y equivocadas. La angustia nunca es una buena consejera para la toma de decisiones. Abadí señaló que “cuando la gente dice es sólo angustia, es ignorancia porque la angustia es un síntoma importante, es un sufrimiento significativo y genera conductas inadecuadas”
La pérdida de la elección
Cuando “quedarse en casa” dejó de ser una opción para pasar a ser una obligación se perdió la capacidad de elección y de un acto libre y se pasó al imperativo que “me somete a algo que no quiero”.
Miedo útil vs. pánico inútil
El doctor Abadí diferenció entra la capacidad que tenemos de protegernos del pánico inútil que es el que bloque la capacidad de las personas para manejarse.
Si vencemos el pánico podremos proyectarnos y mirar hacia adelante. Las personas deben recuperar la capacidad de ser conscientes de que “hay un futuro”.
El escritor resumió: “Hay que salir de una mirada depresiva, pesimista, apocalíptica de la vida que aplasta y genera ese sentimiento que se traduce como ‘estoy raro, sin ganas ni fuerza de nada’ y pasar a la posibilidad de recuperar todo lo que perdimos en la pandemia y pensarnos en todo lo que a partir de ahora podremos hacer. Esto también es transitorio".
Un reto a los medios
La sobreinformación sigue siendo un problema para la gente que se siente aturdida por la cantidad de información que no siempre es necesaria y útil. “Ni desnutrición ni empacho”, graficó el psiquiatra en la entrevista con Arriba Córdoba.
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