Fue difícil sentarla en el estudio de "Mi Otro Yo" (viernes-21hs Canal C). Su agenda está tan repleta de compromisos, que planifica hasta con cinco meses de anticipación: “Doy 100 conferencias por año, aproximadamente”, dice con alegría.
Liliana González tiene una larga formación. Licenciada en Psicopedagogía de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Docente universitaria. Especialista en clínica de niños y adolescentes, y coordinadora de talleres para padres y maestros. También escribió libros. Y en 2014 ganó el premio Santa Clara de Asis.
Uno podría llegar a preguntarse qué es lo que la hace diferente a la hora de llegar a ese público masivo, que se desespera por encontrar un lugar en sus charlas que luego se vuelven virales.
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Basta con observarla al frente de una conferencia. Sus consejos son provocadores. Su lenguaje es llano, directo, ameno.
Liliana es divorciada y madre de tres hijos. Y permite entrever que la universidad de la vida, le ha dejado enseñanzas que puede transmitir y ponerlas en justas palabras.
Adora a sus hijos. “Es lo mejor que he hecho en mi vida”, dice sonriendo. Pero tiene en claro el papel que ella debe cumplir en sus vidas: “Aprendo mucho de mis hijos, pero no me considero su amiga”.
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Esta mujer, que a veces puede darnos la sensación que se las sabe a todas, cuenta que hubo momentos muy duros en su vida, por ejemplo el divorcio: “Mi separación fue mi primer aplazo”.
Pero reconoce que partir de ese hecho tuvo un despegue en su carrera: “Mi separación me permitió crecer laboralmente”.
Hoy está casada con un hombre con el que comparten momentos excepcionales, especialmente los viajes.
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Es comprometida con su trabajo. Y tiene una ajustada agenda que cumple rigurosamente.
Pero por nada del mundo relega sus encuentros con amigas, sus grupos de natación o de danza.
Es una mujer que no se la cree. Quizás porque ni siquiera tiene verdadera conciencia de lo que provocan sus conferencias. Personas de renombre, como Marcelo Tinelli, siguen sus videos, y ella se limita a decir: “Sí, me contaron que los ve”.
Orgullosa de su independencia, dice que se lo debe a su madre: "Mi mamá siempre me la inculcó”.
Liliana González. Una gran profesional arriba del escenario.
Y una mujer feliz, comprometida, completa, y con heridas, como el resto que la mira por TV o la escucha.