Alberto Segundo Mina Ponce es uno de los dos sospechosos del asesinato de las dos turistas mendocinas en Ecuador. Declaró durante más de una hora en la Unidad Judicial Multicompetente de Manglaralto, en Santa Elena. Se declaró culpable, pero dijo que él había cometido los crímenes, despegando al otro detenido, Aurelio Eduardo Rodríguez, alias "El Rojo".
"(Ponce) contó que él golpeó a una de las chicas y la otra se defendió, forcejearon y él la asesinó con un arma blanca. Por eso tuvo dos cortes en las manos", señaló el abogado de Rodríguez, aclarando que su defendido nunca ingresó al domicilio en el que las jóvenes fueron asesinadas.
Sin embargo, el juez David Balladares les dictó prisión preventiva a ambos por el asesinato agravado de Marina Menegazzo (21) y María José Coni (22).
La declaración generó dudas, ya que, apenas lo detuvieron, Mina Ponce se había quebrado y confesado que él había matado a María José y Rodríguez a Marina.
Justamente, el ministro del Interior, José Serrano, reveló más detalles de cómo habrían sido las últimas horas de las argentinas. Según el funcionario, las chicas dejaron el hostel el 22 de febrero pasado a las 14. Por la noche (después de las 20) conocieron a los acusados, quienes les ofrecieron que pasaran la noche en la casa de Mina Ponce, cuando ellas les contaron que no tenían dinero.
Los hombres salieron y regresaron de madrugada en estado de ebriedad. Mina Ponce "se quedó en una habitación con María José Coni" y Rodríguez con Menegazzo en otra. Según el ministro, Mina Ponce "intentó abusar de Coni" y como la joven trató de escapar, la mató de un golpe con un palo en la cabeza. Después, entró al cuarto donde estaba Rodríguez, escuchó un grito y se encontró con que su amigo "le había cortado el cuello a Menegazzo".
También habló la dueña del bar "El abogadito", quién contó que vio a las jóvenes haciendo dedo en la esquina y que una se acercó y le pidió agua. "Me dijo si le podía regalar agua porque tenían sed, que no tenía dinero porque les habían robado y que hacían dedo para irse a Guayaquil" recordó.
Luego relató que, cerca de las 20, llegó el chico que todos conocen como El Rojo, pidió una cerveza y, cuando salió, se puso a conversar con las dos chicas, con quienes se fue caminando junto con el guardia de seguridad".
Mientras tanto, las familias de las turistas pidieron que un equipo forense argentino participe de la investigación. Ellos siguen desconfiando y creen que el crimen está vinculado a una red de trata. Sin embargo, el Ministerio del Interior de Ecuador descartó esta hipótesis.