Aunque no es algo inédito en la historia policial de Córdoba, una causa por homicidio sin el cadáver de la víctima plantea varios desafíos a los investigadores. En ese camino transita la búsqueda de Anahí Bulnes en Córdoba.
La familia insiste con el reclamo para encontrarla. La última solicitud presentada ante la fiscal Eugenia Pérez Moreno fue para rastrillar a fondo el predio de enterramiento de residuos Piedras Blancas en busca de los restos de la mujer de 36 años, pero aún no avanzaron con el operativo requerido.
Santiago Campos Matos (37) está acusado de femicidio, delito que contempla una pena a prisión perpetua. Sin haberse encontrado el cadáver de la víctima, los investigadores afirman que, hasta acá, la prueba genética es clave. Se trata del estudio de ADN que confirmó que la sangre hallada en el departamento del sospechoso corresponde a Anahí.
+ MIRÁ MÁS: Las dificultades de los forenses para determinar cómo mataron a Sofía Bravo
"Cuando hay certeza del homicidio es posible inclusive condenar sin el hallazgo del cuerpo", subrayó un experimentado fiscal federal al ser consultado por ElDoce.tv. "Ha ocurrido con casos de la época de la dictadura y también en casos comunes", señaló.
En otras situaciones, la falta del hallazgo del cadáver y la carencia de elementos para saber qué pasó con la víctima llevaron a condenas por privación de la libertad, aclaró el académico en derecho procesal penal.
Un caso testigo en Córdoba
El 15 de noviembre de 2012, Egidio Ariel Vera fue condenado por el crimen de su hermano, el "gaucho" Miguel Alfredo Vera, cuyo cuerpo jamás pudo ser encontrado.
"Primera condena sin cadáver ni arma", tituló La Voz sobre la sentencia dictada en la Cámara Tercera del Crimen de la ciudad de Córdoba, por el ataque registrado en Cerro Negro, en el norte provincial.
La desaparición del "Gaucho" Vera ocurrió el 8 de abril de 2001, domingo de Pascua. El fiscal de Deán Funes, Eduardo Gómez, ató cabos y cercó al hermano de la víctima en base a testimonios. Además le encontraron debajo de la cama una riñonera que utilizaba siempre Miguel.
En el cierre del juicio, el acusado confesó que asesinó a su hermano de dos balazos pero nunca reveló qué hizo con el cuerpo. La declaración fue motivo suficiente para condenarlo por homicidio. Se le sumaron causas por cuatrerismo y le dictaron 12 años de prisión.
Antecedente nacional
Miguel Bru desapareció el 17 de agosto de 1993 en La Plata. Tenía 23 años y era estudiante de periodismo. Sus restos no fueron encontrados pero esto no impidió que los responsables sean condenados. El caso sentó jurisprudencia en el país.
El juicio llegó recién en 1999 y probó que Miguel fue detenido ilegalmente y torturado hasta su muerte en un calabozo de la comisaría 9° de la capital bonaerense.
+ MIRÁ MÁS: Hallaron asesinada y enterrada a la joven desaparecida: un camionero detenido
Condenaron a prisión perpetua al subcomisario Walter Abrigo y el suboficial Justo López; y a dos años de prisión al comisario Juan Domingo Ojeda por torturas posibilitadas por negligencia y al suboficial Ramón Ceresetto por fraguar el libro de guardia.
Condenas por secuestro
En 2010, el exfuncionario judicial Hugo Pedro Zuliani y el remisero Raymundo Oscar Carnevale fueron condenados a 12 años de prisión por la desaparición del abogado Pedro Salvador Chirino (68) en Córdoba.
En Río Cuarto, tres integrantes de la familia Vargas Parra recibieron penas de entre 16 y 18 años de cárcel por el caso de Nicolás Sabena (18), el joven buscado desde 2008 en el sur provincial.
Las dos sentencias se dictaron por el delito de secuestro coactivo. En ninguno de los casos fueron hallados los cuerpos o pruebas suficientes para comprobar que las víctimas fueron asesinadas, como apuntaban las sospechas más firmes.
📷 Nicolás Sabena.
En la causa de Chirino, la Justicia determinó que el abogado fue secuestrado de su vivienda de barrio Juniors el 1º de febrero de 2007 y nunca apareció con vida.
En la investigación comprobaron que Zuliani, que por entonces era prosecretario letrado del Poder Judicial de Córdoba, contrató a Carnevale para secuestrar a Chirino. Una deuda económica fue el principal motivo que tuvieron en cuenta los pesquisas.
Por el secuestro del riocuartense Sabena, en 2014 condenaron a José Vargas Parra Miserendino a 17 años de prisión. Su hijo José recibió una pena a 18 años y su hija Lucía a 16 años de cárcel. La Justicia concluyó que el joven ingresó en la quinta de los Vargas y nunca salió.