El jujeño Oscar Arroyo llegó a Río Gallegos a probar suerte, sin imaginar que lo esperaba una incondicional santacruceña, Marisa del Carmen Cárdenas, y futura madre de sus cuatro hijos: Verónica, Martín, Luciana y Sofía.
+ MIRÁ MÁS: Dos hermanos y un mismo diagnóstico
En 1997, al regreso de unas vacaciones en familia, Oscar empezó a manifestar diferentes síntomas: dolores de cintura, dificultad en la vista, temblores en el cuerpo, pérdida de equilibrio. Fueron dos años y medio de búsqueda frenética esperando un diagnóstico certero. Finalmente entre tantas idas y vueltas, viajes, interconsultas, descubrieron que un virus es el protagonista de esta lesión.
La ataxia cerebeloide es un conjunto de síntomas relacionados con la coordinación de los movimientos, el equilibrio y la postura, que se produce como consecuencia de lesiones e inflamaciones en el cerebro.
Buscando un clima más amigable que el del sur argentino para desarrollar sus actividades, Córdoba los seduce y, afortunadamente, Oscar encontró en el agua -Escuela de Canotaje Adaptado Córdoba- el mejor escenario para recuperar su estabilidad no solo motriz sino también emocional.
+ MIRÁ MÁS: ¿Qué ves cuando me ves? El amor de Caro e Iván
La escuela está liderada por Oscar Guillermo Quiroga -técnico instructor de canotaje- llegó desde República Checa trayendo el proyecto de bote dragón al país.
La institución contiene al deporte adaptado, módulos terapéuticos y fisiología post cáncer de mama. Además enseñan a remar con la técnica post cáncer preventiva y todas las actividades bajo el mismo lema: “En el agua somos todos iguales”.