“Yo le dije que lo veía mal y que no podía manejar así porque iba a provocar un accidente”. Cada vez son más los testigos que complican la situación de Alan Amoedo, el automovilista que chocó, mató a dos jóvenes y dejó a otra en silla de ruedas.
Este martes en Arriba Córdoba habló Jorge Fernández Reuter, quien estuvo con el acusado horas antes de la tragedia en avenida Circunvalación.
“Yo me dirigía hacia la avenida Padre Claret, estaba buscando uno de los barrios en la zona. Cuando pasé por la Mujer Urbana, tomé hacia la izquierda, y justo en la esquina de la avenida, donde está la colectora para Circunvalación, vi un Corsa que estaba frenado con su conductor sentado en el asfalto sobre la rueda delantera izquierda”, contó el testigo.
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En ese momento, dijo que lo primero que sintió fue una “sensación de peligro”. Explicó que para él la avenida Padre Claret es una calle muy angosta y que al haber un auto estacionado con el conductor sentado, parecía que ocupaban casi la mitad de la calzada y alguien lo podía chocar.
“´A este tipo se lo van a levantar a cualquier momento`, le dije a mi esposa. Yo estaba con el GPS que me indicó mal el domicilio donde iban, asique a los 10 minutos volví a pasar por el mismo lugar y esa persona seguía en la misma situación. Luego llegué al domicilio que estaba buscando y en mi regreso, después de 45 minutos, volvía a ver a esta persona igual”, siguió.
Después de ver a Amoedo tres veces en la misma extraña situación, Fernández le ofreció su ayuda para cambiar una cubierta. El testigo recordó que le preguntó si necesitaba algo y como éste le respondió que sí, se bajó con el gato hidráulico.
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Signos de alerta
El testigo afirmó que Amoedo hablaba raro. “No sabía si era que él hablaba así o si había consumido una sustancia”, amplió. Luego, aseguró que una vez que colocó el gato y el auto estaba levantado, el acusado “no lograba hacer que los huecos de la llanta coincidieran con los del eje del auto para meter los tornillos” para cambiar la rueda.
“Entonces yo lo ayudo, y finalmente logra poner los tornillos. Cuando empiezo a bajar el gato y el auto sienta sobre la rueda, veo que el guardabarros pegaba con la rueda y note que el eje estaba torcido, la rueda estaba rota”, continuó. Con el cúmulo de cosas que había observado, Fernández aseguró que tuvo la certeza de que la persona estaba mal.
Amoedo “hablaba raro”, no coordinaba sus movimientos para poner la rueda de auxilio y ahora se había sumado una rueda rota. “Le pregunté, `vos chocaste o pinchaste una rueda´ y me señaló el cordón como que se había dado contra eso”, indicó el testigo.
Amoedo huyó
Pese a que el testigo confirmó que le había advertido a Amoedo que no estaba en condiciones de manejar, éste se subió al auto igual e intentó avanzar. “Aunque no podía porque la rueda estaba rota, el eje estaba torcido, el auto tendía a irse para la derecha e incluso se subía a la vereda y hacía un ruido muy fuerte”, afirmó.
En medio de ese caos dijo que decidió quedarse en el lugar y llamar a la Policía. “Me quedé con el inspector esperando que llegara el patrullero. El patrullero llegó muy rápido, lo que pasó fue que minutos antes de que llegara, lo vino a buscar otra persona en otro auto”, apuntó.
Fue entonces que, según su relato, dejaron en Corsa y se fueron en un Volkswagen Vento, vehículo que horas después provocó una de las peores tragedias en la ciudad de Córdoba.
“Al día siguiente, el lunes, tomé conocimiento del accidente que hubo con un Vento, pero no sabía más nada. El martes vio una foto de Alan Amoedo y ahí fue que lo reconocí, fue muy traumático ver que esa era la persona que yo había ayudado horas antes del siniestro”, concluyó.