El cuerpo estaba seccionado en cuatro partes y enterrado en el patio de una casa. Un perro adiestrado en la búsqueda de personas marcó el punto exacto donde estaba sepultada la víctima. En el lugar ya habían construido un horno de barro.
Américo Guillermo González (72) fue encontrado asesinado en Berrotarán el 6 de octubre, después de pasar más de tres meses desaparecido. La autopsia reveló que lo mataron a golpes, según publicó Puntal. "Traumatismo cráneo encefálico", determinó el informe preliminar que los forenses enviaron al fiscal de Río Cuarto, Daniel Miralles.
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El estudio detalló las lesiones que el cadáver presentaba en el rostro y en el cráneo, como así también en la zona del tórax.
Por el crimen está detenida Marcela Alejandra Zabala (49), quien trabajaba como empleada doméstica de González. Fue en la casa de esta mujer donde encontraron a la víctima enterrada. La sospechosa continúa presa, imputada de homicidio simple.
Sin embargo, para los investigadores, detrás del crimen de González existió un móvil económico y no descartan más detenciones. Momentos antes de su desaparición, el hombre había vendido un campo.
Zabala se abstuvo de declarar al ser indagada el lunes último por el fiscal Miralles. El funcionario ahora aguarda resultados de una serie de medidas que ordenó en busca de pruebas. Entre estas se encuentra una pericia de química legal en elementos secuestrados y un análisis genético al cadáver.