Axel Escobar (23) y Amílcar Ezequiel Etchechuri (23) fueron condenados a 12 años de cárcel por asesinar a la jubilada María Lucero de Gallardo (76) en la localidad de Villa Dolores hace dos años.
Este martes se desarrolló el juicio con jurados populares en los tribunales de la ciudad del Valle de Traslasierra. Los delincuentes fueron encontrados culpables por el delito de homicidio en ocasión de robo y violación de domicilio.
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Mientras que dos hermanas de Escobar, Natalia Soledad (27) y Nancy Marisel (25), recibieron penas de ejecución condicional por encubrimiento.
La mayor fue condenada a tres años por y deberá cumplir 200 horas de trabajo comunitario en un hogar de ancianos. La otra mujer, señalada como partícipe secundaria, recibió un año y seis meses de prisión condicional y deberá realizar 150 horas de trabajo comunitario.
El caso
Faltaban pocas horas para despedir el 2021 cuando los ladrones maniataron, amordazaron y golpearon a María Lucero hasta causarle su muerte en su casa ubicada en el centro de Villa Dolores.
Eran alrededor de las 17 de aquel 31 de diciembre cuando Ezequiel Escobar llegó a la vivienda junto a Amílcar Ezequiel Etchecurri para realizar unos supuestos trabajos de jardinería.
Los familiares de Escobar conocían a la jubilada, que vivía sola en una casa de la calle Jesús Vidal al 140. Y según había llegado a sus oídos, la mujer de 76 años había sacado una importante suma de dinero del banco.
Fueron con ese objetivo. En medio del violento asalto, María Lucero de Gallardo falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio. Los delincuentes huyeron con 70 mil pesos y el celular de la víctima, que luego Etchecurri usó con cambio de chip.
Horas más tarde, el hermano de la mujer asaltada la encontró ya sin vida. Todavía seguía atada de pies y manos y con una mordaza en la boca.
Por orden de la fiscal Eugenia Ferreyra, el 4 de enero de 2022 detuvieron a los dos ladrones luego de allanamientos realizados por personal policial de la Departamental San Javier. Las cámaras de seguridad de la zona registraron sus movimientos aquella tarde de verano de 38 grados.