Puch escribió de puño y letra que si se cumple su condena “que se agotaría con su muerte” se transformaría en algo “desproporcionado, cruel, inhumano y degradante”.
El "Ángel de la muerte" asegura que: “Ni los nazis condenados a prisión en el juicio de Nüremberg, ni Nelson Mandela en Sudáfrica sufrieron la cárcel a que fui sometido con apenas 20 años recién cumplidos”, se justificó.
Su detención se produjo en 1972 y se lo condenó a reclusión perpetua más la pena accesoria de reclusión por tiempo indeterminado por cometer 11 crímenes, 17 robos y dos violaciones. Fue un hijo ejemplar, trilingüe, asistía a misa y tocaba el piano.
Robledo Puch empezó a robar a mano armada a los 16 años y cayó detenido cuatro años más tarde. Al dar su versión asegura que los asesinatos fueron cometidos por uno de sus cómplices.