El robot que trabaja en una farmacia de barrio Alta Córdoba despacha, acomoda, no para ni de día ni de noche y cuando tiene tiempo ocioso corrige sus propios errores. “Con el robot me llevo bastante bien, casi nunca me hace renegar”, dice Samuel, un empleado que trabaja a la par del nuevo sistema.
En su currículum dice que vino de Alemania, promete eficiencia y organización. Aún no tiene nombre y los resultados ya se pueden disfrutar. “Lo que antes nos llevaba despachar tres minutos, ahora el robot encuentra el medicamento y lo entrega al vendedor en menos de 15 segundos”, asegura Hugo Viano, uno de los propietarios.
El sistema consta de un brazo robotizado que acomoda “caóticamente” los productos. Un operador “alimenta a la máquina” y entre los datos más importantes está la fecha de vencimiento. En caso de que el medicamento esté por vencer, el mismo robot informa y lo saca de las estanterías.
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Tiene movimientos perfectos y algoritmos que determinan, por ejemplo, cuáles son los medicamentos que más salen y los va colocando estratégicamente cerca de la boca de expendio, eso ahorra tiempo y energía.
Lo que parece de ciencia ficción ya está al alcance de muchos, de hecho la farmacia que lo sumó no pertenece a las grandes cadenas multinacionales, es un negocio de barrio: SVFarma, ubicada en calle Fragueiro al 1.978.
Sus dueños dicen que esto no quita trabajo a los humanos, algunos simplemente fueron reubicados en el sector de ventas. Así mejoraron la atención gracias al robot, que parece tener el puesto asegurado.
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