Cuando este martes la policía de Rosario arribó al domicilio donde había recibido el llamado de emergencia, se toparon con una escena bestial. En la casa, llena de charcos de sangre, encontraron los cuerpos de una mujer y de una beba de dos años, asesinadas con más de 15 puntazos.
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Iván Furiasse, autor del crimen, usó un cuchillo de cocina de 15 centímetros para acabar con la vida de su esposa Fernanda Laconca y su hija Camila. De inmediato fue trasladado del hogar a la comisaría. Además se secuestró bibiliografìa religiosa y una libreta llena de anotaciones inentendibles.
El juez Héctor Núñez Cartelle, que lleva adelante el atroz caso, ordenó una pericia médica para definir si el matador, que cuenta con antecedentes psicológicos previos, está en condiciones mentales de enfrentar un proceso judicial.
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Los profesionales de la medicina escucharon al detenido de 34 años. Les contó que pensó suicidarse, que estuvo varias veces internado bajo tratamiento psiquiátrico y justificó el doble crimen en un comentario místico e inquietante: “Soy el anticristo”.
El juez debe determinar si el detenido entendió la criminalidad de sus actos o, de lo contrario, debe ser declarado inimputable e internado en un hospital para enfermos mentales.
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En la primera citación cara a cara con el magistrado, Furiasse se negó a declarar. Pero alcanzó a esbozar una sola frase, un tanto más terrenal que la manifestada a los médicos: “Un hijo de puta. Eso soy”, fue lo que dijo.