Cómo diría mi abuela, "el horno no está para bollos" en la Municipalidad de Córdoba. El conflicto entre los empleados y el gobierno de Ramón Mestre se agravó después que la mayoría radical en el Concejo Deliberante aprobara una ordenanza que dispone la regulación de las asambleas.
La respuesta de los municipales fue volver a salir a las calles durante la mañana, seguir sin atender a los contribuyentes y congregarse por cuarta vez, en pocos días, en el Palacio 6 de Julio.
Por su parte, el intendente decretó la emergencia ambiental para poder controlar los problemas que no son solucionados por los empleados. Ahora, la Municipalidad está habilitada a contratar servicos de terceros para arreglar los semáforos o las luminarias o realizar desobstrucciones de cloacas por 10 días. Es más, ya hay dos camiones de una empresa privada trabajando.
Mientras tanto, las manifestaciones de los municipales provocan caos de tránsito y problemas en distintos puntos de la ciudad. En el edificio del Ministerio de Agua y Energía de la Provincia, ubicado en la calle Humberto Primo, una bomba de estruendo destrozó un vidrio del octavo piso. Por suerte, nadie resultó herido, pero los empleados se asustaron. Así quedó el ventanal: