Era domingo 4 de diciembre del 2022. La mujer policía (32) se encontraba en su casa de barrio Observatorio cuando le disparó y mató a su hijo de 10 años e hirió gravemente a su hija de 7. Luego del crimen, intentó suicidarse quedando internada desde entonces en el Hospital Ferreyra.
La agente está imputada de homicidio calificado por el vínculo en perjuicio de su hijo de 10 años de edad y tentativa de homicidio calificado por el vínculo debido a la situación de la hija que sobrevivió.
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Desde el centro de salud en el que se encuentra internada informaron a Arriba Córdoba que permanece en “estado de coma, manteniendo ritmo de sueño-vigilia, sin respuesta a estímulos externos, traqueotomizada, con asistencia de oxígeno respirando de forma espontánea”.
Además, la policía se alimenta por sonda y continúa con controles frecuentes y permanentes de signos vitales. Aseguraron que es probable que pase a sala común en los próximos días siempre y cuando se mantenga estable.
Antecedentes
La expareja de la mujer policía y padre de los niños había revelado a este medio que la agente tenía problemas psiquiátricos y que con la actual pareja vivían en un contexto de violencia: "Se amenazaban de muerte al frente de mis hijos”.
Desde la Policía de Córdoba habían informado que “no tenían registros oficiales” de que la mujer hubiera estado internada en una institución de salud mental.
Revelaron que estuvo de licencia médica por neumonía desde el 7 de marzo hasta el 22 de julio del año pasado. Durante esos cuatro meses, afirmaron que le retuvieron el arma reglamentaria porque la licencia superaba el mes de duración, tal como lo reglamenta la Resolución de Jefatura 841.
También comunicaron que cuando la agente regresó a la Fuerza de Seguridad realizó tareas no operativas. En octubre le devolvieron el armamento al concluir que "estaba en condiciones de portarla" luego de ser sometida a exámenes psicológicos y de tiro.