“A nadie le importan los drogodependendientes, porque son la basura de la sociedad, así están vistos”. Hace 11 años, Leandro Ariel Espíndola se quitó la vida. Sufría graves problemas de adicción a las drogas. Tenía 22 años y era papá de un niño. Desde entonces, su mamá Silvana Strazzolini convirtió el dolor en un motor de vida.
La problemática de las adicciones volvió a tomar debate público a partir de la situación de Chano Charpentier. Strazzolini es una de las tantas madres que pide a grito ayuda. Reflexionó en Noticiero Doce y confesó que “empatiza totalmente” con Marina Charpentier: “De adicciones no se habla nada, no se pone a la luz, no se debate. Debatimos cuando pasan estas cosas”.
En 2010, fue sancionada la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657. En una jornada de reflexión realizada en el Senado de la Nación, la mamá de Chano relató cómo fueron los días anteriores a la internación del músico y pidió urgente la modificación del artículo 20.
Dicho punto establece: "La internación involuntaria de una persona debe concebirse como recurso terapéutico excepcional en caso de que no sean posibles los abordajes ambulatorios". Y la norma agrega que "solo podrá realizarse cuando a criterio del equipo de salud mediare situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros".
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En ese sentido, Silvana Strazzolini también consideró que el artículo 20 merece ser modificado: “Te atan las manos, te dicen no hay internación que no sea voluntaria, pero no te dan una solución para tu casa”. Al mismo tiempo, remarcó que los programas de adicciones de recuperación “son inaccesibles”.
“A nadie le importan los drogodependientes porque son la basura de la sociedad, así están vistos. Pero cuando esa basura resulta ser el hijo que vos pariste (…), estás viendo que estás sola en un mar y tu hijo se está ahogando, pero tenés un montón de gente, de profesionales mirando. Llega un punto que te parás y decís: ‘Che, ya más lejos no puedo ir porque me ahogo, tírame un salvavidas aunque sea’. Vas a seguir yendo a rescatar a tu hijo como la mamá de Chano, así se ahogue esta pobre mujer”.
Strazzolini remarcó que tampoco se haba de prevención de adicciones y sostuvo que falta educación emocional. “A nadie le importan, son el descarte de la sociedad”, insistió. “Cuando entendamos que necesitamos educación emocional para nuestros niños y jóvenes vamos a dejar de tener estos problemas porque le estamos dando herramientas”.
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El análisis de un psicólogo especialista en adicciones
El profesional Juan Carlos Mansilla (MP. 1257) explicó que la Ley Nacional de Salud Mental distingue entre internaciones voluntarias e involuntarias. Pero enfatizó en que el problema está al momento de aplicar la norma porque se generan “ciertos obstáculos y se corre el riesgo de llegar tarde cuando la internación hace falta porque hace falta que intervenga un equipo de salud mental”.
“Creo que está bien en los papeles pero está mal en la práctica porque tampoco hay un esquema de contención social que la ley propone, como las casas de medio camino, que en todos los servicios de atención de urgencia haya equipos de salud mental”, manifestó.
Mansilla recalcó que “las conductas que implican la intervención en salud mental a veces son sumamente impredecibles” y, en personas que tienen problemas con consumo de drogas y están al borde de una crisis psicótica, “puede aflorar hacia algo riesgoso para sí y para terceros”. “Ahí verdaderamente es riesgosa la espera, para que se dé la cuestión burocrática y es lo que sucede”, lamentó.