El 2 de diciembre de 2018, un expolicía prendió fuego a su esposa. El trágico hecho tuvo lugar en Burzaco, localidad de Buenos Aires. Se trata de Juan Carlos Canteros, quien estuvo poco tiempo detenido en la Unidad Penitenciaria N°26 de Lisandro Olmos. Al juicio llegó con arresto domiciliario, y ahora, una vez efectuado el juicio, deberá seguir cumpliendo su condena bajo esa modalidad, pero sumando un elemento: una tobillera electrónica.
De acuerdo a lo manifestado por las fuentes, en el juicio se constató que la mujer del condenado era violenta con él y que la relación estaba quebrada hace un tiempo. Otra de las informaciones que surgieron allí, y que resultó favorecer a Canteros, es que este no tenía ninguna denuncia por violencia antes de cometer el femicidio.
La fiscalía planteó que el hombre se encontraba alcoholizado y tiró nafta alrededor de la mujer cuando ella, identificada como Rosa Agüero, estaba prendiendo velas porque se había cortado la luz en su casa, ubicada en la calle 9 de julio casi esquina Erezcano, en Burzaco.
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La fiscal del juicio, Marcela Dimundo, había pedido 13 años de cárcel para el ex policía. En su explicación, Dimundo aseguró que la mujer no fue una víctima más de violencia de género, sino que este hecho se dio en el marco de un conflicto familiar, ya que la fallecida se encontraba distanciada de sus hijos, y a su vez, luchaba para que su marido no se relacionara con los chicos. De esta manera, sostiene que lo que sucedió fue un "dolo eventual" no "directo".
Un investigador dedicado al caso destacó que "ella siempre iniciaba las discusiones y decía que iba a prender fuego la casa". A su vez agregó que los peritos arrojaron como resultado que Canteros era una persona "pasiva y dependiente".
Dos amigas de Rosa, por su parte, confirmaron que no existía violencia de género y se aseguraron que "el hombre quiso apagar el fuego con una manguera pero no había agua".