El dolor de espalda es una patología crónica. Quien lo sufre sabe cómo afecta su calidad de vida y actividades diarias.
La vida sedentaria, la poca movilidad corporal, el estrés, sumado a la modalidad de trabajo durante y post pandemia lo agudizaron.
Recientemente, The Harvard Gazzette reveló que afecta a más de 560 millones de personas en el mundo. Y según Medline Plus, 8 de cada 10 personas lo tendrán en algún momento de sus vidas.
Es el motivo más frecuente de consultas en los consultorios de traumatología y uno de los diagnósticos más comunes que provocan ausentismo laboral. La OMS, en 2018, calificó el tratamiento del dolor crónico como un derecho humano.
Profesionales de la salud cordobesas que desde el 2015 trataron con pacientes que sufrían de dolor persistente de espalda no quirúrgico advirtieron que solo con fisioterapia las personas no podían salir del circuito dolor-contractura-lesión. Recurrentemente, volvían a sentir dolor y a consumir analgésicos.
Según María Victoria Puig, traumatóloga y directora médica de la escuela, para aliviar el dolor fue necesario plantear un cambio de paradigma: educar sobre el dolor y el movimiento efectivo y consciente con un abordaje multidimensional que ayude a tener una vida más plena.
Así surgió la innovadora propuesta que desarrolló EME (Escuela Multidimensional de Espalda) que considera al ser humano como un "todo" que debe recuperar la conciencia corporal, detectar las causas que provocan dolor, resignificarlo y abordarlo desde otra perspectiva.
Al igual que las reconocidas escuelas de Espalda de España y Canadá, la cordobesa también trabaja las cuatro dimensiones de la persona (corporal, mental, emocional y social). Sin embargo, la particularidad del método es que utiliza simultáneamente los conocimientos y herramientas de la traumatologia, la kinesiología y el bienestar emocional para devolverle a las personas calidad de vida. De la neurociencia toman el concepto que define al dolor como una experiencia subjetiva con un alto componente emocional y la conexión que hay entre cerebro y cuerpo.
+ VIDEO: Cuatro ejercicios simples para empezar a aliviar el dolor de espalda:
Para Gladys Barboza, kinesióloga, docente universitaria, creadora de la semana de la espalda de la UNC enseñar a trabajar con movimientos efectivos y conscientes cada día ayuda a los pacientes a fortalecer su espalda, a reconocer los movimientos repetitivos de la vida diaria que deben evitarse por ser nocivos.
El uso de herramientas fáciles y efectivas ayudan a prevenir o saber como actuar ante una crisis de dolor y a tener postura saludable.
Otro de los aspectos fundamentales que contempla el tratamiento integral cordobés es gestionar el estrés basado en la atención plena. Para Sandra Godoy, especialista en bienestar emocional, es fundamental que las personas aprendan a escuchar las emociones, determinar que vínculo tienen con el dolor y eliminar la resistencia a lo que les está sucediendo. Las pausas activas generan una vida con mayor bienestar.
Eme propone a quienes sufren dolor de espalda adoptar un compromiso de cambio de hábitos. Romper con la rutina de permanecer horas sentado frente a la computadora o realizando actividades que promueven la rigidez muscular, contracturas o posturas poco saludables.
Un ejercicio que se utiliza es pedirle a las personas que imaginen qué cuerpo quieren tener: rígido, contracturado, con dolor o un cuerpo flexible y elongado que le permita tener una vida más feliz y productiva y un descanso reparador.
En los dos últimos años más de 400 personas que realizaron los talleres de pie, cervicalgia, lumbalgia y caminatas conscientes para desbloquear la columna ya probaron cómo es la forma de trabajo y manifestaron que obtuvieron resultados eficientes en el manejo del dolor y el estrés.
¿Quiénes pueden ser alumos?
El tratamiento integral del dolor está destinado a personas de cualquier edad que sufran dolor persistente no quirúrgico.
El trabajo presencial personalizado con las profesionales de EME, comenzará el 11 de julio en Avda Padre Claret 4182. Incluye un diagnóstico inicial realizado por la traumatóloga y una evaluación final al cabo de los tres meses de tratamiento integral.
El propósito es que las personas sean capaces de aumentar el umbral de dolor y hagan del movimiento su medicina.