Si tenemos una caja de ahorro o cuenta corriente en una entidad bancaria, es muy probable que tengamos una tarjeta de débito y quizás algunas de crédito. Pero ahí no terminan las opciones, en caso de descargar alguna aplicación financiera, podemos contar con una tercera opción: una tarjeta prepaga.
Tarjeta de Crédito
La tarjeta de crédito, como su nombre lo indica, sirve para tomar un crédito. Generalmente está ligada a una cuenta de una entidad bancaria. Cuando la usamos estamos adquiriendo un préstamos y acordando un plazo de pago. Por ejemplo, si queremos comprar un televisor para ver el mundial de fútbol, lo podemos comprar en cuotas en un plazo de 6-12-18-24 meses, por ejemplo. Este tipo de tarjeta nos permite hacernos con un producto o servicio hoy y postergar su pago para más adelante, por ejemplo cuando llega el resumen de cuenta.
La Tarjeta de Débito
La tarjeta de débito, también tiene como respaldo una cuenta bancaria y es fácil de controlar porque no podemos gastar más de la plata que tenemos. Cada vez que hacemos un pago se usa el saldo disponible en la cuenta y el dinero se retira automáticamente de la misma. También tiene la posibilidad de extraer dinero de esa cuenta bancaria en los cajeros automáticos, supermercados, farmacias y estaciones de servicios. Desde hace algunos meses también está la posibilidad de financiar algunas compras, dependiendo de las plataformas de comercio online o aquellos negocios que brinden esa alternativa.
Tarjeta Prepaga
La tarjeta prepaga es una tarjeta recargable, generalmente están asociadas a aplicaciones financieras o fintech. No tienen un respaldo de una entidad bancaria. Si hay dinero en la cuenta se puede utilizar hasta que la cuenta quede en cero. Las prepagas son las tarjetas que más terreno están ganando en el mercado y que más crecimiento tuvieron en el último tiempo. La carga de dinero en la misma, se puede concretar a través de diferentes vías: por transferencias bancarias, virtuales o plataformas de pago.
Qué usar dependerá de la compra a realizar.
Con cualquiera de los tres tipos de tarjeta se puede adquirir productos o servicios en los comercios que estén adheridos a estos medios de pago. También para comprar online, tanto en sitios nacionales o internacionales que la acepten.
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Siempre es recomendable usar las tarjetas de crédito cuando la idea es hacerse con un producto que esté por encima de los ingresos de una persona y se necesita un préstamo para adquirirlo. En un país que tiene una inflación mensual alta, siempre conviene financiarse. Hacerlo, en muchos casos, suele tener un costo extra, pero hay que analizar si ese costo supera o iguala la inflación proyectada durante los meses de duración del pago de las cuotas..
Las tarjetas de débito se destinan a pagar los gastos diarios o semanales. También, algunas personas, las vinculan al pago de los servicios e impuestos con débitos automáticos.
Las Prepagas son de fácil acceso para aquellas personas que no cuentan con una cuenta bancaria o que históricamente están fuera del sistema financiero. Se hace una carga de dinero y ese es el saldo que tiene la persona para destinar a sus deseos o necesidades. En la actualidad, algunos padres suelen usarlas para controlar los gastos de sus hijos y darles una enseñanza financiera inicial.
Para más información sobre este tema o contenidos similares los pueden encontrar en el blog Hablemos de plata.